miércoles, 9 de mayo de 2012

La Cruz del Cementerio de la Iglesia de Parrillas.

¿Qué Parrillano no se ha sentado alguna vez a la sombra de esta Cruz?. Grande y curiosa es la historia que os contamos a continuación.

Se llama Cementerio al espacio que existe delante de la Iglesia. Así lo denominan los escribanos y personalidades del siglos XVII y así se sigue llamando en la actualidad en Parrillas. Deriva inequívocamente de la costumbre de efectuar los enterramientos primero dentro de la propia Iglesia y posteriormente en los aledaños de la misma.

Es muy posterior la costumbre de fijar un campo adecuado para tal fin fuera de la villa, y a esto se lo denomina Camposanto. El Cementerio era el lugar por el que discurrían las procesiones en Parrillas, o lo que es lo mimo, alrededor de la Iglesia o Ermita, como ocurre en la de Ntra. Sra. de la Fuente Santa, en donde “se hace el cementerio para que Ntra. Sra. pueda andar en procesión” (F.S. 42ª).

Cruz del Cementerio. Parrillas. Toledo.
Cruz del Cementerio de la Iglesia. Parrillas. Toledo.
Fotografía. Ana Sánchez
En el Cementerio de la Parroquia parrillana existe una magnífica Cruz de piedra, que, afortunadamente, ha resistido el paso del tiempo y las diversas circunstancias históricas. La primera noticia de este monumento se fecha el 29 de septiembre de 1668, en que su merced el Doctor Don Juan Cano, Colegial mayor en el del Arzobispo de la Universidad de Salamanca y Visitador General de obispado de Ávila, autoriza al cura teniente de Parrillas, Don Juan Gómez y al Mayordomo de la Parroquia, Juan Rodríguez de Thomé, que “aviendo reconocido al gran deseo de los vecinos dicha villa de que se aga una cruz grande, de piedra, con sus gradas, en el cementerio de la iglesia, a el lado de mediodía, mando su merced se aga la dicha cruz, solicitando el que sea con el menor coste que se pudiere y de Buenas formas y proporción” (1.º F, 132a).

El Mayordomo inició rápidamente las gestiones, contratando la obra a unos maestros de cantería. El primer pago que efectuó fueron 304 reales que importaron los jornales y los carros necesarios para traer la piedra. Los canteros, a su vez, cobraron la enorme suma de 1945 reales correspondientes a sus jornales. Quiere decir esto que se echaron alrededor de 900 peonadas en picar la Cruz, suponiendo a dos reales el jornal de un maestro de cantería. Como la cruz se inauguró en el año siguiente al de la autorización, o sea, en 1669, debieron trabajar tres o cuatro canteros en la obra. Todo esto traerá consecuencias curiosas.


El 27 de junio de 1670, se efectúa la Santa Visita en la que el mayordomo justifica los gastos habidos desde la anterior, que sucede al día de San Miguel del 1668. Actúa como Visitador Fray Alonso Aguayo, a quien Juan Rodríguez de Tomé presenta, entre otros, los recibos correspondientes a los gastos que originó la Cruz de piedra. Mucho se debió sorprender el clérigo Visitador, por el monto del coste, cuando no dio por buenos al mayordomo más que 1000 realespor aver parecido a su merced no costar más” (1.º F, 136ª). Curiosa y grave decisión la del Visitador, que, desde luego, no aceptó el mayordomo. En efecto, interpuso demanda ante el Provisor de Ávila, Don Gabriel de Venita Plaza, quien en 1673 sentenció a su favor, obligando a la Parroquia a abonarle 1000 reales por la diferencia y el pago de las costas del juicio que fueron 59 reales. (1.º F, 147ª).

En la actualidad, como hemos dicho, la Cruz se mantiene en perfectas condiciones, en cuya peana se lee: HICOSE SIENDO CURA EL LICENCIADO DON JUAN GOMEZ. AÑO 1669.

Fuente: LA EXENCIÓN DE PARRILLAS y otros datos históricos hasta el S. XVIII
Jesús  Gómez Jara y Jose Mª Gómez Gómez


3 comentarios:

  1. Realmente curiosa la historia de esta Cruz del Cementerio. Parrillas y sus rincones están llenos de historia.

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  2. K bonita es la cruz d partillas y sobre todo la iglesia y la virjen y el cristo¡vive parrillas!lo dice una parrillana

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  3. K bonita es la cruz y l iglesia d mi pueblo ¡viva parrillas!lo dice una partillana y k bonita es la ermita y l virjen y su cristo

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